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    Con el corazón en la mano

    Foto: @EURO2024

    Hoy vimos a Cristiano Ronaldo llorar. El gran CR7, con muchas Champions en su haber, además de una Eurocopa con su selección, no pudo contenerse y derramó lágrimas como si fuera un adolescente al que le han partido el corazón por vez primera tras fallar un penal en tiempo suplementario en el match con Eslovenia, con lo que hubiera casi asegurado la clasificación de Portugal a cuartos de final de la competición. Pero erró, así como lo han hecho todos los colosos de la historia del fútbol: Messi, Zidane, Maradona, entre otros.

    La tragedia se hubiera consumado si el delantero esloveno hubiera aprovechado el mano a mano que tuvo a minutos que concluyera el juego, luego de un gravísimo error de un veterano defensor Pepe. Todos podemos fallar, parece ser el aprendizaje del día, no importa quien seamos, nadie es totalmente virtuoso.

    Por suerte estaba el arquero portugués, Diogo Costa, que se erigió como el héroe del día, y no solo por tapar esa pelota crucial, sino por atajar tres penales consecutivos en la ronda final, donde los portugueses, entre ellos CR7, no fallaron ninguno de sus tiros.

    Como se dice, un “partido de infarto”.

    Una Eslovenia más que digna se le paró bien a una Portugal que se presentaba como la favorita y que ahora deberá chocar contra la poderosa Francia, que hoy sufrió más de la cuenta para vencer a una Bélgica decepcionante, que se dedicó a defender con sus 11 hombres y solo se animó a adelantar líneas cuando vieron el resultado en contra, un 1 a 0 que se consolidó y los dejó afuera. Como decía uno de los relatores del encuentro, fue “un castigo a la tacañería deportiva, a la especulación”.

    Con un equipo con figuras como Lukaku, De Bruyne o Doku no puedes jugar así. No puedes.

    En fin, hay que celebrar que todavía tenemos CR7 por un rato más. Ahora le toca superar a Mbappé.

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