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    [Crónica] Verde

    “Miguelito, el jovencito que nos da algo por lo que soñar entre un país incendiado y vilipendiado por lo azul, por sus peleas, por sus denuncias grotescas. Sí, una razón para sonreír”, escribe el cronista Rodrigo Villegas.

    [Crónica] Mudanza

    "Cambiar es un proceso íntimo, una transformación breve o definitiva. Cambiar es para valientes, es cachar que la vida puede tener más de una opción", escribe el cronista Rodrigo Villegas.

    [Crónica] La guerrilla que no fue

    “Porque sí, esta semana pintaba para otra cosa. Para el caos, para la rebelión. La del MAS, la de sus dos alas, enfrentadas hace ya un buen tiempo: evistas contra arcistas”, escribe el cronista Rodrigo Villegas.

    [Crónica] Cochabamba

    “Cocha es un jardín inmenso, un poblado en el que se vive para comer más que lo que se come para vivir. Es un tesoro”, escribe el cronista Rodrigo Villegas.

    [Crónica] Fuego

    “Bolivia es eso, un tormento. Un dolor de cabeza diario desde hace unos meses, cuando se disparó el precio del dólar y todo subió de precio”, escribe el cronista Rodrigo Villegas. 

    [Crónica] No tener hijos

    “Conforme pasan los años, las personas deciden no procrear, no embarazarse, no extender ese camino de sangre que nos han delegado nuestros padres. Y eso lo podemos ver en nuestros círculos de amistad, de familia, o solo saliendo a la calle”, escribe el cronista Rodrigo Villegas. 

    [Entrevista] Marcio, un Tamayo del Valle tarijeño

    El escritor Rodrigo Villegas entrevista en esta entrega al ganador del premio Franz Tamayo de Cuento 2024, un tarijeño que radica en El Alto. 

    [Crónica] En tránsito: escribir para resguardar los afectos

    “Karen Veizaga (La Paz, 1980) es una mujer alta y de voz llana, como si mantuviera una paz concentrada todo el tiempo. Es una mujer que se dedica laboralmente a la psicología y que, tal vez por eso, cuando le hablas suele prestarte la atención que necesitas”, escribe el cronista Rodrigo Villegas.  

    [Crónica] Siempre hay un final: hasta pronto a la Feria del Libro de La Paz

    Siempre hay un final, una noche en la que las luces se apagan, en la que los stands deben cerrarse para no abrirse al día siguiente, sino después de un año.

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