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    [Especial] La llegada del papa Francisco a suelo boliviano

    Una Palabra / La Paz

    A las 18:22, el papa Francisco, vestido con un poncho blanco y parado en su papamóvil, deja el Aeropuerto Internacional de El Alto. A pesar del intenso frío y el fuerte viento, el Sumo Pontífice no deja de sonreír. Y apenas ingresa a la avenida Kilómetro Siete, alza la mirada y observa sorprendido las primeras casas de ladrillo y los edificios pintados de colores vivos de la ciudad “más joven” de Bolivia.

    En ese instante, miles de personas gritan su nombre y corean frases como “¡Francisco te amamos!” y “¡El Alto te ama y te espera de pie!”.

    Los más jóvenes sacan sus celulares e intentan sacarse una selfie, pero capturar una foto es misión imposible:  el Papa está custodiado por policías y militares.

    Sin embargo, Jorge Mario Bergoglio  calma la desesperación de la gente con una sonrisa y luego levanta la mano derecha para bendecir a sus anfitriones alteños.

    Mientras el papa Francisco pasa por el lugar, Hortensia Sarmiento se pone a llorar. “Es un ángel de Dios. Ha pasado tan rápido, en un minuto”, dice la mujer, quien llegó desde Luribay. “He esperado al Papa más de seis horas”, agrega.

    Miles de personas, muchas de ellas niños y ancianos, ingresaron  al campo papal, habilitado en el aeropuerto de El Alto. Otros prefirieron aguardar en la puerta.

    Ximena Cortez instaló una pequeña carpa para esperarlo. En la salida del aeropuerto, la gente se acomodó en las aceras para recibir al Papa argentino. El más inquieto es Ponciano Ramírez, de 76 años y oriundo de Kelkata, Oruro. “He dormido en la calle, pero vale la pena. He escrito una canción para el jefe de la Iglesia Católica y quiero cantarle con mi charango. Él es luchador como somos los pobres”, cuenta.

    Cuando las luces del papamóvil se acercan, Ponciano se para y canta: “Tantos años hemos sufrido Señor / dónde estabas en octubre…”. Luego, al igual que cientos de alteños, saluda al Papa y corre detrás de él hasta perder el aliento.

    Mientras que Fermina, vecina de Villa Ingenio, pronuncia  las siguientes palabras: “Quiero que el papa Francisco conozca a los alteños y sepa que somos muy luchadores”. Corre el 8 de julio de 2015.

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