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    [Crónica] Andrónico

    Foto: RRSS de Andrónico Villegas

    Por: Rodrigo Villegas

    Este sábado fue, tal vez, un día histórico. Fundamental porque esta fecha puede ser coronada como la jornada en la que el capaz futuro presidente de Bolivia ha dado ese paso, el de concretar su aspiración a ocupar la silla máxima. “Acepto”, dijo Andrónico Rodríguez, el actual presidente de la Cámara de Senadores y dirigente del Trópico de Cochabamba, el segundo al mando después del líder histórico, Evo Morales, a quien terminó, después de los muchos amagues de las últimas semanas, de darle la espalda.

    “Acepto el pedido de las diferentes organizaciones sociales del país”, dijo acompañado del grito eufórico de cientos de seguidores – muchos de ellos exseguidores de Evo y de Luis Arce, el presidente –, consciente del apoyo que ha conseguido en los meses pasados y de la posición de su nombre en las encuestas. Sí, es probable que este sábado haya sido un día histórico.

    “Yo votaré por él”, me cuenta, en medio de una lluvia tenue en la feria 16 de julio de El Alto, Juana Mamani, una vendedora de pescado frito. “Estábamos esperando a que se decidiera”, argumenta, convirtiendo su voz en la de muchos. No me dice “estaba”, sino “estábamos”.

    Y es que es así: Andrónico esperó casi hasta el final (faltan dos semanas para que los partidos políticos puedan presentar sus binomios oficiales al TSE para las siguientes elecciones presidenciales) para tomar su decisión, o al menos para hacerla pública. A lo largo de los meses precedentes – donde aparecieron no solo organizaciones nuevas y de juventudes, sino que hasta senadores se jactaron de ser ahora “androniquistas” – fue creciendo en imagen y proyección, más que todo por las encuestas de Marcelo Claure, quien, por cierto, ha anunciado tímidamente su apoyo al decir que “le tiene fe” y que lo prefiere “mil veces antes que a Evo”.

    Fue un maremoto: todo comenzó en 2019, cuando su nombre apareció en el panorama nacional. Por aquel entonces Rodríguez solo era conocido en el Chapare, donde ocupaba el cargo de vicepresidente de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba. El primera era, por supuesto, Evo Morales, el ya exmandatario que había huido del país ante la convulsión social generada por las denuncias de un fraude con la que habría pretendido atornillarse en el poder. Exiliado, a Morales no le quedaba más que utilizar a sus secundarios. Ahí emergió la figura de Andrónico, que encabezó con otros líderes jóvenes más la protesta que en el tiempo, con elecciones de por medio, lograría el regreso del MAS a la presidencia.

    Una silla presidencial que Andrónico ya estuvo cerca de tocar. Por aquel entonces, a poco de los comicios, las organizaciones sociales del partido azul habían dictaminado que el binomio sería David Choquehuanca y Andrónico Rodríguez. Pero apareció Evo y cambió la dinámica: de un plumazo sacó a Rodríguez de la ecuación e impuso a Luis Arce como primero y a Choquehuanca como el segundo al mando.

    Un Andrónico más joven aún de lo que ahora es (tiene 37 años) se acopló a las bases, con la disciplina que le era exigida y con la que continuó, ya en su cargo de presidente del Senado, hasta este pasado sábado, donde se reveló y aceptó ser candidato presidencial, enfrentándose de esa forma a su padre político, Evo.Morales, como era de suponerse, salió de inmediato al ruedo, a la cancha que se le presentaba por delante. “No me contesta las llamadas, quería hablar con él. Espero que, por su bien, reflexione; tiene tiempo de volver”, le dijo un indignado Evo, que hasta el último minuto esperaba su sumisión y que ahora deberá verse las caras con una versión más joven de él mismo, pero con varias diferencias.

    “Andrónico es más ubicado, a pesar de ser joven habla con calma, con tranquilidad, me gusta eso. Votaré por él”, me dice Roberto Quisbert, un vendedor de habas y platanitos secos de la misma feria alteña.Y es que en Rodríguez, al parecer, ven el rostro ya conocido de la izquierda pero que a la vez es distinto, una esperanza de no votar por la afamada derecha, que en las últimas semanas más que convencer al electorado lo han espantado con todas las trifulcas que le han presentado a la ciudadanía. Ahora, ya como candidato, habrá que ver cómo se posiciona Andrónico con Evo y Arce.

    Aunque con el presidente ya se ha distanciado claramente hace mucho tiempo desde su labor en el Senado, criticando la gestión de Lucho y negándole créditos económicos “para no endeudar al país”. Tal vez ya sabía que él habría de heredarlos y prefería partir sin esa carga…

    Porque Rodríguez, a pesar de su relativa juventud, tiene la política en la sangre. Sus padres eran dirigentes de sindicatos del Chapare y él aprendió el don de la palabra desde que era niño, al acompañarlos a diferentes reuniones y concentraciones. “A mi padre le faltaba un poco de conocimiento y pensé que debía superar eso. Debo leer, debo estudiar y ver cómo colaborar con mi comunidad con mayor sabiduría académica, técnica», dijo en 2019 en una entrevista con el medio internacional RT, donde relató que por esa misma sensación se decidió a profesionalizarse en Ciencias Políticas en la Universidad Mayor de San Simón, de Cochabamba, donde se tituló a los 23 años, en 2011. Ya con ese título ingresó a las juntas universitarias de las Seis Federaciones del Trópico, donde llegó a ser su presidente en 2012, en 2017 se convirtió en secretario de Deportes de la misma institución y en septiembre de 2018 fue elegido vicepresidente.

    “Cuando era niño veía cómo los militares, liderados por los gringos, dominaban el país a punta de bala, a nuestros padres, a quienes sus líderes, empresarios, los obligaban a firmar contratos para dejar de producir sus productos, donde les quitaban sus tierras. Vi a mis progenitores y sus allegados marchar y luchar por recuperar la dignidad, por sus derechos. Pero siempre esos hombres que extrañamente hablaban en inglés nos ganaban. Crecí con esa pena, con ese dolor”, contó Rodríguez en aquella entrevista con RT, donde además detalló que algo que aprendió en la universidad fue a leer a René Zavaleta Mercado, Franz Tamayo, Marcelo Quiroga Santa Cruz y otros intelectuales políticos de la época, donde entendió la importancia de la formación de las bases, de los líderes de las organizaciones para hacer algo más y no solo actuar desde el impulso.

    Fue así que muchos medios lo presentaron como el sucesor de Evo Morales, el joven que eventualmente ocuparía su lugar. Todos lo veían así, menos el más importante: Evo. El expresidente, ya a su regreso al país con Arce al mando, jamás contempló la posibilidad real de que Andrónico sea el nuevo líder del MAS. Morales nunca pudo ver más allá de su sombra. Como dijeron él y sus seguidores todo este tiempo: “No existe un plan B”.

    Pero ahora la situación le explota en la cara. En Oruro (casualmente el departamento en el que nació Evo en 1959), Andrónico ha decidido dejar el manto de su referente para colocarse delante de él y darle a entender que el tiempo no pasa en vano. Andrónico ha elegido ser ahora sí el protagonista de su propia historia y pretende jubilar a la clase política vigente. ¿Lo logrará?

    Lo sabremos el 17 de agosto, en las elecciones nacionales.

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