Pitazo

Hoy comenzó el final (metafísica popular) de la Euro. Al menos de la fase principal: los terceros partidos, los que definen quiénes pasan a octavos y quiénes se quedan en el camino.

Vivimos en una época que nos dispone a cualquier cuestión informativa en segundos, pero que, a la vez, nos confunde entre qué es realidad y qué no.

Siete goles en contra en lo que va de la Euro. Así va una competición sumamente luchada.

Al partido le faltó esa chispa de la tortuga ninja, ese cambio de ritmo y sorpresa que, tal vez, él (Mpappé) le hubiera dado.

Esta España no pierde la identidad de siempre, la que ha legado, pero juega distinto, con lo que puede, y no lo hace nada mal.

Esos buenos, muy buenos albaneses, los once que juegan impulsados por los casi 50 mil hinchas que los acompañan en Alemania, se han robado nuestros corazones.

Hoy derrotaron a una República Checa que lo entregó todo, pero que terminó cayendo más por sus pequeños errores defensivos que por mérito absoluto del rival.

Hoy fue la jornada más “política” de la Euro: jugaba Ucrania, que viene antecedida de una guerra con Rusia (una invasión, para ser más exactos) y de una filiación del presidente, Zelenski, con el G7, que se ha comprometido a ayudarlos con mucho más dinero en su campaña de defensa contra Putin.

Por: Rodrigo Villegas En la pasada Eurocopa, Eriksen se murió por unos segundos. Literal: el corazón se le detuvo en pleno partido contra Finlandia, donde...