Foto: @EURO2024
Este sábado se inició la fase de octavos de final de la Eurocopa, con dos partidos muy importantes y que abrían las posibilidades para las sorpresas. En el primer encuentro se dio lo “inesperado”, aunque los que estamos atentos a los partidos de esta competición podríamos haberlo predicho con cierto grado de racionalidad: Suiza eliminó a Italia.
Y eso porque los italianos demostraron poco y nada en esta Euro. A pesar de haber llegado con el trofeo en las manos del certamen pasado, solo consiguieron una victoria sufrida en su debut contra Albania, una derrota con una muy superior España y un empate agónico con una venida a menos Croacia (que ni siquiera se pudo clasificar a esta instancia).
Todo lo contrario sucedió con una de las “sorpresas” de la competencia, una Suiza que derrotó con claridad a Hungría, que empató con Alemania y que venció sin muchas dificultades a Escocia. Un equipo rojo que llega de un proceso de años, con jugadores con experiencia y que se mueven en silencio con un engranaje más que engrasado, como Xhaka o Froiler, y que juegan con una serenidad y confianza que a ratos conmueve. Una Suiza que casi funciona como sus famosos relojes.
Así que hoy resultó la razón más que la emoción: Suiza dominó el partido de principio a fin, con una Italia confundida que solo, capaz, podía apelar a sus colores, a su mística, a su historia. No fue así: perdió por 2 a 0 y ahora deben volver a casa a comer pizza y pasta con la cabeza baja.
En el segundo partido del día, Alemania venció sin muchas dificultades a una Dinamarca que se paró bien en el primer tiempo, pero que fue víctima de una efectiva Alemania, que concretó las situaciones que creó, y que al final estuvo a punto de marcar el tercero, pero el marcador solo quedó 2 a 0 a favor de los teutones, que lograron su pase a cuartos de final de la mano de Kroos, Musiala y Gundogan, los más destacados.
Poco antes de llegar al final de la primera etapa, una tormenta se apoderó del estadio, dejando en suspenso la continuidad del match. Por suerte el cotejo pudo reanudarse minutos más tarde, donde los alemanes, “agasajados” por la lluvia, pudieron festejar y esperar a su siguiente rival, que puede ser España, el equipo que mejor ha jugado en lo que va de la Euro. Si se da, se viene terrible partidazo.