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    [Crónica] Israel, el representante 

    Foto: Israel Aceituno Bustillos durante una exposición en Francia.

    Por: Rodrigo Villegas

    – Me gusta ver el arte boliviano expuesto afuera, en otros países, que sea reconocido por la gente del exterior. Algunos extranjeros ni siquiera conocen Bolivia, dónde queda, pero con el asombramiento ante las distintas obras artísticas que logramos colocar, se interesan por lo que se produce en nuestro país. Ese es mi fin, ayudar a mostrar lo que se hace en este país.

    Israel, el representante, me cuenta todo eso mientras me envía fotografías de la exposición “Antropoceno”, muestra de 15 obras que reflexionaban en cómo el ser humano es artífice de la destrucción del ecosistema global, de entender el carácter sagrado de la Madre Tierra y generar nuevos valores de respeto y cuidado de la Pachamama, no como ideología, sino como forma de vida, y que organizó en París, Francia, en enero de este año y donde el protagonista principal fue el joven y ya reconocido artista Cristian Laime, pintor nacido en Puerto Carabuco, a orillas del Lago Titicaca.

    Israel Alejandro Aceituno Bustillos y el artista Cristian Laime.

    – Con el Cristian nos conocimos por casualidad, charlamos, le conté lo que hacía y nos animamos a trabajar juntos. Y en poco tiempo tuvimos la oportunidad de viajar a Francia y nos fuimos a mostrar el arte boliviano del Cris.

    Sucrense/Potosino/Paceño 

    Israel Alejandro Aceituno Bustillos nació en Potosí en 1992, aunque pasó la mayor parte de su vida en Sucre, ciudad a la que migró con su familia a sus 7 años. Luego se vino a La Paz, eso hace apenas un par de años.

    – De acá no pienso moverme durante un buen tiempo, me gusta mucho este lugar.

    Israel me cuenta que se adecuó a La Paz, a esta ciudad a la que suelen migrar ciertas personas desde muchas partes del país en busca de algo más, de habitar el núcleo de Bolivia, el departamento “donde todas las cosas importantes pasan”.

    – No pienso volver a Sucre en unos buenos años. Es decir, le tengo cariño a la ciudad, por supuesto, pero mi trabajo me permite moverme de acá para allá y no creo que me dé para regresar a la urbe en la que viví toda mi infancia y adolescencia. Incluso fui parte de una banda…

    La banda que tenía Israel en Sucre, en la que fue el percusionista.

    Y es así: la banda se llama Cuyes del Syrah, y cuenta con videos en YouTube y Spotify, con canciones como Insomne o Cuatro vidas, donde Israel era el percusionista.

    Sociólogo 

    – Siempre me interesó la sociología como una forma de entender mi contexto y a los demás, cómo se mueven, por qué hacen lo que hacen. Antes también estaba interesado en la psicología, en mi adolescencia, pero mis papás no querían que estudie eso y me pusieron a Ingeniería de sistemas. Pero, como no era lo mío, lo terminé abandonando en poco tiempo.

    Israel se ríe con cierta nostalgia cuando se acuerda de eso, de la necesidad de ser lo que uno es a pesar de todo, de imponer una idea, un valor. Claro, todo con un fin: sentirte bien contigo mismo.

    – Ya con el tiempo me fue bien en la carrera, salí y me dediqué, más que todo, al lado de las cuestiones de género, masculinidades, derechos sexuales y familiares, porque siempre me interesó conocer más de esas dinámicas y ayudar a resolver ciertas cosas. Actualmente trabajo en consultorías en esos temas, aunque últimamente también estoy entrando al lado del medio ambiente, de esta crisis climática y cómo ayudar a combatirla desde la sociología. Y desde el arte, por supuesto. Este nuevo interés nació en París, en la exposición del Cristian…

    Francia 

    A la exposición de Cristian asistieron cientos de personas de muchas nacionalidades, además de los franceses, por supuesto: suecos, alemanes, africanos, ingleses, pero también gente de la comunidad boliviana en París, con la que pudieron establecer lazos. Todos se deslumbraron con el arte de Laime, con los colores que maneja en sus cuadros, con la técnica, con el mensaje. Con las mujeres de pollera retratadas en ambientes hermosos y que lo han llevado a la fama.

    Pero una de las personas que fue parte de organizar este evento fue Israel, el representante de Cristian.

    – No fue nada sencillo, pero se fueron dando las cosas. Cuando llegué a La Paz me puse a estudiar francés en la Alianza Francesa, donde ya había hecho vínculos en Sucre. Como me fue bien, casi por inercia comencé a hacer campo en este escenario, fui conociendo personas de la institución, gente importante. Y con el tiempo, después de charlas que comenzaron con eso, como conversaciones casuales, las cosas se fueron dando y pudimos organizar la exposición de Cristian en París, en una galería que se llama Artivistas, que es un espacio en el que se expone arte latinoamericano de pintores consagrados y emergentes.

    Claro, Israel subraya que en todo esto también estuvo involucrado el amor: la influencia de la comunidad francesa en su vida se debe a que por el lapso de dos años en La Paz convivió con su novia de aquel entonces, que era francesa (trabajaba en la Embajada de Francia). 

    – Y con nuestra gatita, la que hoy, junto con ella, viven en París. Si bien hoy ya no somos una pareja, tenemos una buena relación y siempre estoy al tanto de nuestra gatita gracias a ella. Ellas dos son lo más cercano que he tenido en La Paz a una familia y han sido mi fortín mucho tiempo. Sin ellas todo ese proyecto a Francia no hubiese existido.

    A veces las cosas pasan así en la vida, ciertas “casualidades” le van dando una dirección a todo.

    – Fue también así, de casualidad, como me hice representante de artistas. Un amigo que tengo en Sucre tiene a su papá que es artista y que se llama Gustavo Ayala, a quien conocí y le organizamos una exposición en Sucre. Como todo salió bien, las cosas se fueron dando para que, cuando me vine a La Paz, pudiera organizarle una exposición en una galería conocida de la ciudad. Salió mucho mejor de lo esperado, así que Gustavo me motivó a seguir con esto, por lo que me fui capacitando a mi forma en esto de la representación y ahora, entre otras cosas, es algo a lo que también me dedico.

    Israel me comenta que todo eso comenzó a sus 25 años y que ahora va por los 32. Que tiene ese camino a seguir, tanto que ya cuenta con el siguiente pintor al que representará: Froilán Cosme.

    – Froilán es muy capo también y ya estamos viendo cuestiones de exposiciones y demás. Y, con el tiempo, ojalá podamos salir del país, así como con Cristian.

    Israel junto a Cristian Laime y otras personas durante la exposición.

    Al margen de eso, Israel está obligado a volver a Francia, ya que en un par de meses deberá mudarse, esta vez solo y por más tiempo, a París por una residencia cultural financiada por el Ministerio de Cultura del estado francés.

    – Seré un boliviano más en Europa. Y eso me hace feliz porque tengo muchos amigos por ahí.

    En broma, le digo que es “un sucrense de oro”, aprovechando más que todo el 25 de mayo, aniversario de Chuquisaca.

    Israel se ríe y me dice que no es “devoto” de la ciudad, más que todo porque ya vivió por otros lados y que su cariño se ha dispersado, pero que sí valora demasiado la calidad de la comida, que para él es “de las mejores del país”.

    – Por su gastronomía me desvivo más que cualquier k’arapanza.

    Ambos nos reímos y prometemos encontrarnos pronto, cuando regrese de Francia y cuando tenga para contarme qué artista será su siguiente representado.

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