Por: Rodrigo Villegas
Una amenaza. Unas palabras que se emiten a la luz de un micrófono: “Si Evo no está en la papeleta electoral, el TSE contará muertos en lugar de votos el 17 de agosto”. La exclama Ruth Nina, la líder de PAN-Bol, que ahora se proclama como una soldado del evismo, cuando en 2019 exigía la cabeza de Morales y su renuncia debido a todo lo acontecido en aquellos comicios presidenciales. Ahora lo llama y abraza como “el hermano Evo”.
A poco más de un mes de las elecciones generales, el clima se ha tensado tanto que todo puede llegar a suceder. Principalmente del lado evista, que a pesar de no haber logrado colocar a su líder en una casilla de la papeleta electoral, insisten en que Evo será candidato “como sea”. O, en todo caso, aseguran que no habrá elecciones. Que cerrarán los pasos e ingresos a las provincias, que secuestrarán las ánforas. Que no se podrá elegir a un nuevo mandatario.
En su periplo, han llegado a acusar al vocal del TSE, Tahuichi Tahuichi, con haber recibido un presunto soborno millonario del Gobierno para inhabilitar a Morales, y que el dinero se le habría depositado en una cuenta en Panamá. El vocal ha pedido a las instancias pertinentes que se libere su secreto fiscal, donde se conocería públicamente sus ingresos y si ha recibido algún dinero ilegal. “Es una mentira maligna”, expresó el polémico vocal a los medios de comunicación.
Los evistas, tanto los movimientos sociales como diputados y senadores que respaldan a Evo, se han atrincherado delante de su líder, a quien vislumbran, sí o sí, como su futuro presidente.
Mientras tanto, los candidatos, cada quién a su modo, promete encarcelar a Morales ni bien asuman la presidencia. La única que duda es Alianza Popular: Su candidata a la vicepresidencia, Mariana Prado, ha confirmado en una entrevista televisiva que conversó con Andrónico Rodríguez antes de aceptar la postulación, y que le dejó en claro que “no irá contra Evo”.
El mismo Andrónico no pudo confirmar del todo si se atrevería a aprehender a Morales si es que es elegido presidente. En la única entrevista en la que participó (en Unitel), alejado hasta el momento de los debates con otros candidatos, Rodríguez solo dijo que “haría cumplir la ley” si es que es proclamado como mandatario.
Este camino de la Alianza Popular parece apuntar a recaudar los votos del evismo, que ya sin su líder en carrera quedarían en un puente sin lianas que los sostengan al terreno sólido.
Sin embargo, los evistas han determinado otra cosa: verlo como un rival, como un traidor. En el más reciente ampliado de los seguidores del expresidente, llevado a cabo en Lauca Ñ, han señalado a Andrónico como un “enemigo”. Horas antes se produjeron disturbios en Yapacaní cuando seguidores androniquistas intentaron realizar actos de campaña política. Fueron enfrentados por evistas, quienes terminaron destruyendo las ventanas de la casa de campaña de Rodríguez.
Así va la cosa, con el fuego a punto de detonar el cartucho de dinamita. En medio de todo aquello, la Asamblea Legislativa se debate entre la aprobación de nuevos créditos y los contratos del litio con dos empresas extranjeras, una china y otra rusa, que han recibido el rechazo de muchos parlamentarios de Potosí y de oposición, que aseguran que no se han hecho los estudios correspondientes del terreno. Y es que la extracción del litio traería beneficios económicos al país, pero sin las medidas correspondientes podría dejar estragos en el ecosistema nacional. La cantidad de agua que necesita el proceso de extracción es abismal, una locura.
Los candidatos de oposición se mantienen a la espera, apuntando sus cartas a todos los lados posibles. Hasta el momento el mejor posicionado en las encuestas es Samuel Doria Medina, que ha prometido en su propuesta denominada “Se acabó la fiesta” cerrar el periódico del Estado, disminuir la inversión en Bolivia TV y concluir con muchos pagos de viáticos y otros gastos para reducir la inversión en lo público, calificando estas medidas de innecesarias.
El plan se encuentra en su eslogan “100 días carajo”, por el que ha sido reprochado por el presidente Luis Arce, que le ha advertido: “Habrá que ver si en esos 100 días, si es que el eterno candidato logra ganar las elecciones, consigue salvar al país, así como tanto habla. Ahí veremos quién es el incapaz”.
Así se encuentra este país, pobre país, a tan solo un mes de las elecciones. En el ojo del huracán.