Más

    Feria del Libro: escasez de dólares y combustible, pero con la felicidad de siempre

    Foto: FIL La Paz

    Por: Rodrigo Villegas

    La Feria Internacional del Libro (FIL) de La Paz siempre es una fiesta. Es, para muchos de nosotros que mal que bien nos hemos metido en este mundo hace un par de años, un lugar en el que encuentras amigos y amigas que no ves en mucho tiempo, capaz casi nunca, solo en la FIL. A la vez, conoces gente nueva, interactúas, ríes. Claro, lo más lindo de todo es que aquellos metros del Campo Ferial Chuquiago Marka están inundados de eso que uno ama tanto: los libros.

    Lastimosamente este año los primeros días son más vacíos que en cualquiera otra gestión. Y eso no se debe a la organización ni nada por el estilo, sino a la situación del país: el jueves, que en el fondo es el primer día de feria (porque el miércoles de inauguración es solo eso, un abrir de puertas oficial a eso de las 19.00), las instalaciones se ven súper vacías. Muy poca gente. Y eso por el paro nacional de transporte anunciado y ejecutado para esa jornada, un reclamo del sector de los choferes ante la falta de combustibles en el país, tanto que han bloqueado, además de las ciudades y sus calles, carreteras interdepartamentales, impidiendo incluso la realización de algunos eventos planificados para ese día en la FIL.

    Pero eso no es todo: en conversación con algunos amigos, la mayoría me dice que no puede comprarse tantos libros como en versiones pasadas por la cuestión del dinero, de los dólares y su escasez en el mercado boliviano. Que ahora todo ha subido y que primero hay que comer antes de leer.

    Tienen razón.

    Capaz por eso el presidente Luis Arce no estuvo en la inauguración de la FIL (según me contaron), donde suele verse todos los años. Hubiera sido increpado más que vanagloriado, como en otras ocasiones. Chiflado, tal vez. Y es que las cosas se están saliendo de las manos…

    Como cierta imagen referencial de la feria y del país, una cucaracha con cabeza de hombre duerme o intenta descansar encima de una cama, en la entrada del Bloque Amarillo. Es un homenaje a La metamorfosis, de Franz Kafka, una hermosa novela que habla de aquello, de lo difícil que es transicionar como ser humano, como evento cultural, como país en una situación económica adversa.

    En fin, lo lindo de todo es que a pesar de eso el sábado ya es un día más lleno, con una fila breve (pero fila al fin) de personas comprando su boleto en el ingreso. Veo grupos de amigos, de enamorados, familias que llegan hasta el lugar con la firme esperanza de encontrar uno o más libros que disfrutar o, hasta, que les puedan cambiar la vida.

    Otra cosa divertida de esta feria es que siempre se ve gente inesperada por esos lares. Una de esas tardes pasa por Editorial 3600 el exvicepresidente Álvaro García Linera, que siempre se ha jactado de “leer un montón y tener una biblioteca con millones de libros agolpados en su casa”. Camina despacio y compra menos libros de lo que siempre se suele llevar, me cuentan los amigos encargados de vender las novelas y otros tipos de géneros que publica la editorial, una de las más importantes del país.

    Otro personaje más que inesperado y que veo en una presentación es Juan Ramón Quintana, el exministro más poderoso de Evo Morales, el más “sanguinario”. Claro, en esta ocasión parece el tipo más dócil del mundo, sentado en un evento con no mucha gente por el horario (viernes a las 21.45), al lado de su esposa. Escuchan las palabras de los presentadores, que comentan un facsímil histórico publicado por Editorial Perry Lee, y al final lo compran. Quintana saluda, sonríe cabizbajo, como si fuera un hombre común y corriente, cuando seguramente está pensando cómo ayudar a Evo a regresar al poder en 2025. Conjeturas, especulaciones, solo eso.

    La cuestión es que ya han pasado cuatro días de la feria y vamos por el quinto en este domingo. Solo quedarán siete días después, un tiempo más que propicio para visitar la siempre hermosa feria del libro. Si me dejas sugerirte una novela que seguramente encontrarás por ahí, te dejo La velocidad de la luz, del español Javier Cercas, una novela extraordinaria acerca de la violencia innecesaria de cualquier guerra, pero a la vez una reflexión valiente y necesaria del éxito y del fracaso en cualquier aspecto, de sus límites y falsos brillos.

    Ahora, también puedes aproximarte a Editorial 3600 (también a El Cuervo, a Nuevo Milenio, a Nuevos Clásicos, a la Audacia, entre otros especializados en literatura nacional) para revisar la linda oferta que verás por ahí. Incluso, capaz, podemos saludarnos. Porque, tal vez, me veas por ahí.

    Últimos Artículos

    spot_img

    Artículos relacionados

    DEJA UNA RESPUESTA

    Por favor ingrese su comentario!
    Por favor ingrese su nombre aquí

    spot_img