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    [Crónica] Perry Lee: Vivir de y por los libros

    Por: Rodrigo Villegas 

    “Mi sueño idealizado, desde niña, fue dedicarme a los libros”, me cuenta Nohe Sahunero, la dueña de Perry Lee, librería virtual y de venta libre en La Paz y que, también, tiene alcance nacional, ya que la Nohe, como le decimos con cariño, hace envíos a todos los departamentos del país. “De momento no tenemos una librería física, pero ya pronto inauguraremos algo…”

    Ese plural se debe a que el negocio lo administra con su hermano, con el que también comparte una casa cerca de la cancha Zapata, en la bajada que da a la avenida del Poeta. Ambos circulan los libros “de viejo” por todas partes, los encuentran por ahí y los venden a los siempre insaciables lectores, que valoran estas reliquias como si fueran trofeos.

    Los comienzos siempre son difíciles

    La Nohe, que es una mujer muy apasionada por su trabajo así como por los tatuajes que lleva en el cuerpo (la mayoría de gatos en diversas versiones), me detalla que Perry Lee, como librería virtual, comenzó a operar en 2021. 

    Nohe Sahunero, la dueña de Perry Lee.

    “Aunque 2017 fue decisivo para mí: yo sabía que lo único que tenía como herencia y bagaje era tener libros; de modo que comencé a venderlos a fines de 2018 y ya, en 2019, mi hermano Andrés Sahunero y mi ex pareja, que es también librero, me impulsaron a seguir en el negocio de los libros”.

    Eso sí, no fue sencillo, dice la Nohe, ya que, como muchos espacios culturales y sociales, el mundo de los libros es, todavía, un lugar regentado por una mayoría masculina.  

    “No fue un camino fácil. Pese a que se nos llena la boca cuando intentamos hablar de equidad de género, el oficio de ser librera es un peso que sólo se aminora con el apoyo de las pocas mujeres que comparten el mismo oficio, porque no faltan los hombres que suelen menospreciar y minimizar nuestro trabajo librero y también, editorial, por el sólo hecho de ser mujeres. Esta no es una historia que pretende denigrar o ensalzar lo que se hace por las librerías de viejo en nuestro país: es un intento por recuperar nuestra memoria (la mía, al menos) como mujer librera que lucha por abrir un espacio editorial en el mundito librero boliviano”.

    Cargar kilos de libros por la ciudad

    La Nohe me ha contado más de una vez el proceso de compra y venta de libros, las veces que le ha tocado cargar bolsas y maletas de textos de todo tipo, desde novelas, poesía, ensayos o libros históricos, entre otros géneros, lastimándose la espalda o los brazos a la hora de llevarlos de acá para allá, más que todo en las ferias donde participa.

    “Como te decía, de momento no tengo un espacio propio para vender los libros, pero casi siempre estoy en estas ferias, tengo el respaldo del Sindicato de Libreros. Y de La Audacia, que es una librería muy bonita que está ubicada en la calle 10 de Obrajes, en la Ormachea, donde también están muchos de mis libros”.

    Perrenia, que Nohe se ha encargado de volverla famosa.

    Ahora, más que todo la Nohe vende libros a partir de sus redes sociales, ya sea desde su propio perfil de Facebook o Instagram, hasta desde la página oficial de Perry Lee, donde publica todas las novedades. A partir de cualquier mensaje de algún interesado, la Nohe coordina una hora y lugar y realiza la entrega, siendo el atrio del Monoblock su espacio más “solicitado”, pero, a la vez, el que más frecuenta y donde suele citar a sus compradores.  

    Imagino lo complicado que debe ser, a pesar del apoyo, eso: llevar quilos de libros de acá para allá sin la certeza de saber cuántos venderás o no. Pero, bueno, los sueños a veces son así: saltar al vacío sin protección alguna. 

    Proyecto editorial

    Porque en muchas ocasiones esos saltos dan paso a más, a dobles sacrificios y riesgos, como el de atreverse a invertir en un proyecto editorial. Es lo que ahora hace Perry Lee: está sacando sus primeros libros editados.

    “Como librera, a menudo pienso en los libros que me gustaron y que recomendé a amistades y/o clientes. Entonces, decidí publicar escritos que me gustaron y compartirlos con otros lectores, vincular esa emoción que es el descubrir a un autor nuevo, una voz interesante”, me cuenta la Nohe. 

    “La idea que tenemos con mi hermano es que la editorial Perry Lee publique libros alternando la historia nacional (folletos facsímiles, libros que no ya no se encuentran ni en bibliotecas públicas y documentos históricos) con la narrativa. Así que nuestra primera publicación es un folleto facsímil de Juan Ramón Muñoz Cabrera, sobre la campaña de Belzu en 1848”. 

    Una de las obras que Perry Lee tiene en su catálogo.

    La Nohe se nota muy entusiasmada con este proyecto y con el segundo, que está en puertas de salir al mundo, a pocas semanas o meses, a lo mucho, de publicarse: un segundo libro, esta vez de narrativa:

    “El nuevo proyecto es el primer libro de Marina G. Gamarra, que tiene como título Sopas. Son historias breves que hablan de y desde la decadencia, la soledad, la muerte y la enfermedad”.

    Pero, así como los tatuajes que se hace recurrentemente, la Nohe no deja de pensar en más, en consolidar el proyecto editorial, así que ya tiene en carpeta un tercer libro, aunque de momento no hay todavía un texto como tal. Claro, sigue a la búsqueda, a la cacería, como una felina:

    “El tercero aún lo estamos pensando, pues ya se acerca el Bicentenario de Bolivia y tenemos mucho material histórico que queremos difundir”.

    La Perrenia

    Perry Lee, el nombre del proyecto librero de la Nohe, se lo debe a su gata, la famosa Perrenia, que la Nohe se ha encargado de volverla famosa en sus redes sociales y en su vida en general por el amor que le tiene:

    “Ella es mi norte y mi pasión, mi motivación diaria para seguir en este proyecto librero y editorial”.

    ¿Cómo llegó a tu vida?, le pregunto.

    “En 2016. Una amiga me pidió que le diera a un hogar temporal a una gatita porque su jefe la había llevado a su oficina, ya que su esposa no la quería por ser negrita. Si no se la llevaba, la echaría al río, eso me dijo. Recuerdo que me la entregó en la plaza Murillo, un día de conflictos y dinamitazos. Desde entonces vivimos juntas, y lo compartimos todo”.

    Hace unos días la Nohe tuvo que viajar a su natal Oruro para atender unas cuestiones familiares, pero no pudo llevarse a la Perrenia. Pero volvió: imagino ese reencuentro entre “madre e hija”, rodeadas de cientos (sino miles) de libros que tiene en aquella casa que comparten no solo la vida diaria, sino los sueños futuros, los proyectos. Los siguientes tatuajes que la Nohe se hará, los próximos libros que elegirán, con su hermano, editar y publicar.

    Y es que es como la Nohe decía en un principio: “A pesar de todos los esfuerzos y ciertas desesperanzas, Perry Lee es un sueño logrado”.

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