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    La Academia Boliviana de la Lengua propone cien nuevos bolivianismos para el Diccionario de la Lengua Española

    Una Palabra / La Paz

    El Diccionario de la Lengua Española (DLE) se encuentra en proceso de actualización, crecimiento y enriquecimiento. En este contexto, la Academia Boliviana de la Lengua (ABL) ha propuesto a la Comisión de Lexicografía de la Real Academia Española (RAE) cien nuevos bolivianismos para su incorporación al DLE.

    El envío de “ismos” estaba sujeto a una serie de criterios: a) ser exclusivo de cada país; b) estar asentados en el uso y contar con documentación escrita de respaldo; c) tener, preferentemente, una o dos acepciones.

    En esta etapa de actualización se descartaron los extranjerismos, los participios, las formas complejas, los vulgarismos, las palabras con grafías ajenas al español y voces de plantas y animales.

    La Academia Boliviana de la Lengua envió cien voces respetando escrupulosamente estos criterios.

    El trabajo estuvo a cargo de las académicas Tatiana Alvarado Teodorika, Alba María Paz Soldán y España Villegas Pinto, quienes contaron con el apoyo de los becarios de la RAE Bruce Aramayo, Marco Andrade y Dolly Peña.

    Este es el segundo aporte de la ABL al DLE, sujeto a aprobación de la Comisión de Lexicografía de la RAE. El primero y único hasta ahora fue el realizado por los académicos Raúl Rivadeneira Prada, Mario Frías Infante y Carlos Coello Vila en 2013, con un aporte de 2.809 bolivianismos.

    El punto de partida de la actual propuesta fue una lista que fusionaba los lemas presentes en el Diccionario de Americanismos y el DLE para hacer una revisión de los que están aún en uso. 

    La comisión de la ABL revisó y corrigió los informes que recogieron las diversas propuestas de definiciones, habiendo sido aprobadas las voces que respondían cabalmente a los criterios señalados.

    Entre los verbos aprobados, a manera de ejemplo, figuran: 

    Amartelarse: “Enfermarse o decaer física y anímicamente, generalmente, por la ausencia o pérdida de seres queridos”.

    Chacharse: “Faltar a un lugar sin consentimiento”.

    Challar:Rociar con una bebida alcohólica o, algunas veces, con sangre de ciertos animales  objetos nuevos o bienes adquiridos, como ritual de ofrenda a la madre tierra”.

    Cocachear:Golpear a una persona en la cabeza con los nudillos de la mano”.

    Huasquear: “Dar latigazos con una huasca” (aprovechando que la palabra “huasca” ya forma parte del Diccionario).

    Karapampear: “Dormir sobre el suelo”.

    Pijchar: “Elaborar un bolo en el cachete con hojas de coca y, generalmente, bicarbonato hasta que suelte los alcaloides”.

    Entre los nombres (o sustantivos) añadidos, se pueden mencionar:

    Aptapi: “Comida a la que los comensales contribuyen con diversos alimentos que suelen colocarse sobre aguayos en el suelo”.

    Baquitú: “Suerte de abanico”.

    Barquinazo: “Salto o tumbo que da un vehículo a causa de las irregularidades del terreno”.

    Billa: “Fumada”. (Porción de humo que se toma de una vez fumando un cigarro).

    Canchitas: “Futbolín”.

    Chacra: “Dicho de una persona: que demuestra poca habilidad para llevar a cabo una tarea”.

    Chonono, una de las pocas entradas con tres acepciones: “Rizo de cabello, acomodado especialmente para que luzca en el peinado”; “cascabel de serpiente; “instrumento musical idiófono elaborado generalmente de semillas secas o cola de víbora cascabel que se ponen en los tobillos para acompañar la música con los pasos”. 

    Entre las palabras enviadas se encuentran también: chubi, desquite, fatiguilla, kepi, manchanchas, mañudo, pipoca, plastoformo, puntabola, quivo, resir, tunkuña, vueltear.

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