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    [Artículo] Lo de Paz y Lara no fue sorpresa, una mirada desde la calle

    Foto: RRSS de Rodrigo Paz.

    Por: Guido Alejo

    Lo vivido en la última elección ha trastocado las formas de entender las preferencias electorales de la población. Si bien en el espectro de derecha e izquierda fueron ampliamente abordados y pronosticados por los analistas (Samuel, Tuto y Andrónico), se dejó de lado el enfoque en otras variables como las consecuencias de la fragmentación del MAS, la pérdida de credibilidad de los partidos y líderes tradicionales y la permanente búsqueda de nuevos actores políticos.

    En este contexto, el papel de las encuestas fue fundamental, al restringir otros parámetros de análisis más allá de las cifras que las mismas arrojaban. Ello se amplifica más aún cuando las encuestas desde el 2002 no han correspondido a los resultados finales por una amplia diferencia, lo que debería llevar a repensar las metodologías de recolección de datos, si se quiere precisión científica. Lo cierto es que estas encuestas sirvieron de base no solo a análisis dispersos, sino a un uso político con el fin de posesionar opciones claras (Tuto, Samuel y Andrónico como antagonista) especialmente las encargadas por Marcelo Claure, ello apoyadas por invitaciones a foros, debates, reuniones, compromisos firmados y otros vínculos con grupos de poder.

    Ampararse en las encuestas construyó un falso consenso, más aún cuando muchos analistas están desvinculados del ámbito popular, ello implica un extravío en cuanto a las formas de interpretar el triunfo de Paz – Lara, desde una supuesta resurrección del MIR, un supuesto voto castigo al MAS, un “salto por la ventana”, hasta el voto cristiano por la sigla (PDC) y otras argumentaciones. El problema es no ver lo que ocurre en las calles, no de Miraflores, Calacoto o el Urubó, sino de la nueva Bolivia urbana, las nuevas centralidades, las ciudades intermedias, sus fiestas, ferias, reuniones y dinámicas cotidianas.

    En una publicación del 9 de agosto ya vislumbraba lo que para muchos análisis es una sorpresa (https://www.facebook.com/share/p/159rVL4vvid/), indicando que la dupla Lara-Dunn hubiera arrasado y la dupla Paz-Lara tendría más preponderancia que Andrónico para el ámbito popular. Así también poco antes de la jornada de votación asumí que el voto mayoritario respondería a criterios familiares, no corporativos sindicales ni individuales (https://www.facebook.com/share/p/1BQSpFN2FM/). En parte eso explica lo sucedido el 17 de agosto, pero la lectura de esta realidad tiene larga data.

    Edman Lara y Jaime Dunn ya estaban consolidados el 2024 como figuras políticas emergentes en RRSS con un crecimiento orgánico, casi equiparables -en discurso- a un Bukele y Milei respectivamente. A ello se le debe sumar la figura de Edgar Morales quien desde hace años daba conferencias sobre el «horizonte qamiri» en el área rural aymara. Para enero, Lara impulsa su fallida sigla «Nuevas Ideas con Libertad» cuyas mesas para recabar huellas y firmas estaban presentes en las calles alteñas y en otras ciudades de Bolivia. Paralelamente Edgar Morales construye una estructura política en las provincias paceñas en busca de lograr su frustrada sigla «Democracia Directa». Está demás decir lo que le ocurrió a Jaime Dunn, con su negada candidatura para las vigentes elecciones. En estos casos vemos el carácter excluyente del sistema político, excluyente a conveniencia, dadas las habilitaciones de MORENA Y NGP. Es difícil irrumpir en política abanderando una renovación, cuando las siglas restringen la misma.

    El PDC es un cascarón vacío. En realidad, son las estructuras de Lara y Morales quienes le dan soporte (en el caso de La Paz) a la cual se suma el trabajo de Paz Pereira. Estas estructuras (Lara y Morales) no se ensamblan mediante una ideología concreta, sino un carácter operativo. Son estructuras que aglutinan bajo criterios de cercanía laboral y familiar y por ende tienen correlato con las bases populares a las que dicen representar. Esto le da un carácter incluso más incluyente al que tenía el MAS contemporáneo, tan lleno de izquierdistas burócratas y sindicalistas cooptados, restringido a figuras que no respondan a ese perfil. Por ello el mítico «voto corporativo» no operó, sino un voto familiar, ya que el PDC no puede sacar cara de ser un «instrumento de las organizaciones sociales», su voto-fuerza está un escalón más en la base.

    No se puede negar ni minimizar el aporte de Rodrigo Paz Pereira, quien llegó a un acuerdo con los dueños de la sigla PDC y su agrupación “Primero la gente” y supo trascender su aspiración de conformar un bloque político del sur a uno nacional. Por ello el abandono de su vicepresidenciable potosino (Sebastián Careaga) dio paso a la ascensión de Edman Lara, abriendo las puertas a distintas agrupaciones de corte popular con trabajo consolidado en sus territorios. Paz Pereira no solo tuvo olfato político, sino la habilidad de potenciar un discurso aglutinador y por ende menos radical que Tuto. Su voto tampoco se basa en su cercanía a Paz Zamora y el añejo Mirismo, sino en un trabajo territorial, desde el sindical hasta el basado en vínculos con el mundo qamiri -ricos aymaras- lo que comparte con Edman Lara. Durante años es cotidiano verlos -de forma individual- en fiestas y eventos sociales en distintas fraternidades folklóricas.

    Estos vínculos son los que facilitaron ensamblar una narrativa y estrategia que pueda llegar a las bases populares, sin necesidad de asesores ni “especialistas” extranjeros. La narrativa se aleja sustancialmente de la abanderada por Andrónico y el MAS, que mantienen su carácter defensivo. Las RRSS fueron la palestra en la cual se difundieron contenidos que formaban parte de los intereses reales de los estratos populares, más enfocadas en la crisis a nivel de calle, desde la legalización de los autos chutos, liberación de aranceles, hasta créditos masivos para amplios sectores de la población. Una lectura eficiente hizo que propuestas como el Federalismo y la reducción de Estado, sean paulatinamente dejadas de lado, dada su impertinencia contextual.

    Personalmente, ya desde el 2024 la figura de Lara resonaba en algún integrante del entorno familiar en El Alto con conexión con Tiwanaku. Con el tiempo su trascendencia acrecentaba en RRSS, especialmente en el público joven. En enero del presente, las mesas de recolección de huellas y firmas para su fallida agrupación política, hizo que su presencia pase de lo virtual a lo material en calles alteñas. En junio otra persona del entorno familiar me habló de Lara, pero en San Miguel de Huachi, Palos Blancos en el norte de La Paz. En la entrada folklórica del 4 de agosto en mi zona (Alto Lima, El Alto) grupos de jóvenes no militantes hablaban de su propuesta (partidarios de Samuel estaban presentes). Una semana antes de las elecciones, mineros de base del municipio de Palca ya hablaban sobre esa opción política. El martes antes de las elecciones, en un minibús con recorrido de El Alto a La Paz, dos mujeres de pollera hablaban con el chofer sobre Lara en idioma aymara. Un día antes de la elección, videos de Tiktok se hicieron virales, en base a una canción de Leo Dan que insinuaba el nombre de Lara, a la par en varios grupos de whatsapp vecinales, se empezaron a compartir stickers del PDC. Lo del 17 de agosto fue una consecuencia de esa acumulación.

    Lo evidente, es que El Alto sigue constituyéndose en una vanguardia política nacional electoral, su población define quienes son presidentes, o en este caso, quien puede pugnar a serlo en 2da vuelta. El acierto del PDC fue no abandonar en campaña a esta ciudad y al ámbito popular boliviano. Tal fue el caso en el “Foro Macroeconómico en beneficio de la ciudad de El Alto” (31 de julio) coincidente con otro Foro organizado por el Comité Cívico de Santa Cruz. Tuto y Samuel asistieron al foro cruceño, muestra de su enfoque de campaña en los grupos de poder en esa ciudad. Mientras, en el foro alteño estuvieron presentes Paz Pereira y Manfred Reyes que hicieron conocer sus propuestas, siendo llamativos los momentos en el que varias personas de sus barras gritaban la frase “a Tuto y Samuel no le importa El Alto”. Lo mismo ocurrió en el segundo debate nacional organizado por el TSE que a diferencia del celebrado en Santa Cruz, careció de la presencia de Tuto, Samuel, Manfred e incluso Andrónico. El mensaje implícito estuvo claro.

    Tomando en cuenta lo descrito, el triunfo de Paz y Lara no es un fenómeno político, sino un proceso gradual que se aceleró en los últimos días. Aprovechó la fragmentación del MAS y el clamor por nuevos liderazgos, así como la polarización en la que juega la oposición. La dupla Pereira-Lara supo complementarse y leer el contexto político, el peso del voto popular y los vínculos con el mismo. Queda ver el desenvolvimiento de esta dupla en relación a Tuto y Velasco para la segunda vuelta.

    *Guido Alejo, es Arquitecto y Pensador Alteño
    gjalejomamani@gmail.com

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